Historia

Batalla de Salta: A 209 años del triunfo definitivo del Ejército del Norte

La Batalla de Salta, se transformaron en un hito histórico sin precedentes en la configuración de Argentina, en una incipiente idea de Libertad.

Batalla de Salta: A 209 años del triunfo definitivo del Ejército del Norte

Entre desobediencias y estrategias militares rechazadas por el gobierno central, Manuel Belgrano inició en agosto de 1812, una de las mayores hazañas para la definición geopolítica de nuestro territorio, entonces conocido como Provincias Unidas del Río de la Plata.

Hoy, a 209 años de la Batalla de Salta, reivindican la tarea desarrollada por el cuerpo militar comandado por el Masón Manuel Belgrano que junto a Eustaquio Díaz Vélez y poco menos de 4.000 soldados, que permitió cerrar la puerta al Ejército Realista que pretendía avanzar hasta el centro del territorio para reconquistar el territorio que había pertenecido al Virreinato del Río de la Plata y recuperar en parte el manejo del Alto Perú, de importancia económica y política para la Región.

Además de las estrategias militares diseñadas por un abogado que se convirtió en líder militar, existía también un liderazgo emocional por parte de quién es considerado el padre de nuestra Bandera Nacional. La entrega de Belgrano a la causa que luego continuaría San Martín, queda en evidencia con su actitud el día de la Batalla en el Campo Castañares.

Dicen las crónicas de la época que su estado de salud era delicado y que por lo tanto había diseñado un carro desde el cual seguiría el curso de la batalla; pero finalmente su valor y coraje le permitieron montar el caballo y ponerse al mando del Ejército del Norte en la jornada en que éste perdería 103 hombres contra 480 bajas del Ejército Realista al mando de Pío Tristán.

El conflicto terminó con la capitulación de las tropas realistas, el acuerdo de que los muertos serían sepultados en un mismo campo santo (cementerio) y la liberación de los hombres que José Manuel de Goyeneche retenía en el Alto Perú.

Belgrano le encomendó a Pío Tristán que le extendiera a sus superiores el siguiente mensaje: “Dígale usted a su general que se despedaza mi corazón al ver derramada tanta sangre Americana: Que estoy pronto a otorgar una honrosa capitulación, que haga cesar inmediatamente el fuego en todos los puntos que ocupan sus tropas, como yo voy a mandar que se haga en todos los que ocupan las mías”. El Jefe del Realismo logró salvar su vida y se retiró hacia el norte con la promesa (cumplida hasta su muerte) de no volver a empuñar armas contra las Provincias Unidas del Río de la Plata y los territorios que las constituían.

Recuerda ahora, no sólo el liderazgo de Manuel Belgrano sino el de todo el Ejército del Norte, cuyos soldados no sólo tenían el objetivo de luchar por la libertad de las provincias rioplatenses sino también del Alto Perú.


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