Un casco hundido cerca del puerto de Quequén, en Necochea, reflota la creencia de que algunos jerarcas nazis arribaron de manera furtiva al país meses después de la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
El naufragio fue detectado en 2021 a unas dos millas de la costa por un grupo de investigadores aficionado conocido como “Eslabón Perdido” que, tras inspeccionar el lugar con un bote inflable, denunció ante Prefectura el hallazgo de un gran casco de metal de origen desconocido.
Los misteriosos restos estaban hundidos a treinta metros de profundidad y a solo cuatro kilómetros de la costa necochense. Según comprobaron, no figuraba en el servicio de Hidrografía Naval ni en ninguna carta náutica ni registro histórico.
“Después de una investigación, expertos navales han determinado que los restos son compatibles con los de un submarino y no con los de un barco convencional. Todavía no estamos en condiciones de decir de donde viene ese submarino. Pero todos nos imaginamos de dónde podría ser”, dijo a Arriba Argentinos Carlos Palotta, colaborador de Eslabón Perdido.
Según dijo, había entre los restos una pieza clave para determinar de qué tipo de embarcación se trataba: “un periscopio”.
Un guardacosta de Prefectura dotado de tecnología para el rastreo de naufragio obtuvo imágenes que muestran lo que sería un periscopio, un mástil, una escotilla, cañerías y engranajes.