Los caminos de Shakira y Gerard Piqué transcurren por diferentes direcciones después de doce años juntos, pero siguen teniendo un vínculo eterno: sus dos hijos, Milan (9 años) y Sasha (7 años). Precisamente por su primogénito han coincidido en público cuatro meses después de anunciar su separación. La tarde del jueves, el niño disputaba en Valencia un partido enmarcado en el Campeonato de España de Béisbol Sub-11 y en las gradas contaba con el apoyo de sus orgullosos padres. Sentados en distintos puntos del estadio, tanto la cantante como el futbolista quisieron acompañarle en un evento deportivo tan relevante.
La intérprete de temas como Te felicito, Hips Don't Lie o La tortura, acudió al encuentro con jeans negros con aberturas en las rodillas, camiseta blanca, cazadora vaquera, bolso verde y un gorro para protegerse del sol. Shakira se sentó junto a los familiares de otros niños que también disputan el torneo y accedió muy sonriente a hacerse fotos con los fans que, incrédulos, vieron que estaban compartiendo grada con uno de sus ídolos. A unos metros se encontraba Piqué, con la misma camiseta que vestían otros padres, de color azul y con los nombres de los quince equipos que participan en el campeonato. Completó su look con pantalón de chándal, gorra y gafas.
Durante el partido, la cantante colombiana y el jugador del FC Barcelona no mediaron palabra. Su pequeño Sasha, que también se desplazó hasta la ciudad del Turia para animar a su hermano, estuvo con ambos. El niño disfrutó de una parte del encuentro sentado encima de su madre y en otros momentos también se mostró muy cariñoso con su padre, con el que compartía camiseta. Piqué sacó varias veces su teléfono personal para grabar el encuentro. Al finalizar el partido, Shakira abandonó el campo de la mano de sus hijos mientras Milan les contaba su experiencia.
La ganadora de ocho Grammy Latinos ha vuelto a demostrar que es una gran apoyo para su hijo en su incipiente carrera deportiva. Durante el último partido, se ha mostrado de lo más participativa. De pie, junto a la valla que acota el campo, no ha dejado de saltar mientras animaba a todo el equipo de Milan. "Bravo, bravo", ha dicho. "Bravo, mi amor", ha añadido a la vez que otros espectadores también aplaudían. En esta ocasión ha apostado por un look en clave comfy compuesto por pantalón con raya a un lado y camiseta de manga corta rosa, a juego con el gorro y las gafas.
