El Volcán Etna volvió a entrar en erupción a una altura de unos 2.900 metros dejando una lluvia de cenizas y columnas de humo de hasta 8 km de altura visibles desde Catania y Taormina, Italia. El fenómeno iluminó el cielo nocturno con explosiones y lava fundida de color rojo fuego.
Los temblores registrados, que alcanzaron valores medios con tendencia al alza, provienen de la zona del cráter sureste a una profundidad de 3.000 metros sobre el nivel del mar.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV) informó de que a primera hora del jueves se registró una “modesta actividad” dentro del cráter sureste del volcán, que en un año vivió más de 50 eventos paroxísticos. Asimismo comunicaron, que en esta ocasión, no se informó ningún herido.
El volcán Etna es uno de los más activos de Europa y puede activarse varias veces al año, arrojando lava y cenizas por encima de la isla mediterránea de Sicilia. La última gran erupción fue en 1992.
