La Oficina de Etica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) abrió una nueva investigación para monitorear el comportamiento de algunos directivos de la institución.
Se produce pocos días del escándalo que derivó en el despido del estadounidense Mauricio Claver-Carone, ex titular de la entidad, por su conducta inapropiada.
Una serie de correos electrónicos anónimos, presuntamente redactados por un grupo de empleadas, puso en alerta a la cúpula directiva del BID: "Hay más situaciones irregulares entre directores ejecutivos y empleados jerárquicos que deberían ser objeto de investigación por parte de la administración, la Junta y la oficina de ética", señala uno de los escritos.
Allí se denuncia una relación muy estrecha, más allá del trabajo, entre un argentino y una de sus más estrechas colaboradoras, también de nacionalidad argentina, quien habría recibido "innumerables" beneficios salariales desde que ingresó a trabajar en el BID, cuya sede está ubicada en la capital estadounidense, Washington.
En tanto, el gerente general de BID Invest fue acusado por e-mails anónimos de haber sido el causante de la salida de Claver-Carone.
Precisamente, ese directivo argentino es señalado como el responsable de haber filtrado un amorío entre el extitular del BID y otra empleada, lo que derivó en el despido del ejecutivo, el 26 de septiembre pasado, ya que había cometió una falta grave al código de ética de la institución.
