Se presentó en Argentina el primer sistema de estimulación cerebral profunda -o DBS por sus siglas en inglés: Deep Brain Stimulation- con una innovadora tecnología de electrodos, única en el mundo, que permite obtener las señales cerebrales del paciente y con esos datos, tomar decisiones clínicas para corregir los síntomas motores.
El sistema está compuesto por un neuroestimulador -un dispositivo de tamaño similar al de un marcapasos tradicional-, conectado a un par de electrodos, cuya principal característica es que logran tanto la detección de señales cerebrales, como el envío de pulsos eléctricos para estimular áreas específicas del cerebro relacionadas a la enfermedad. La actualización tecnológica de los electrodos permite, través de los pulsos emitidos por el dispositivo, estimular de manera personalizada a la necesidad del tratamiento de cada paciente.
Asimismo, la tecnología tiene la capacidad de registrar las señales del cerebro ofreciendo al médico y al paciente información en tiempo real de la actividad neuronal y, por lo tanto, de la efectividad de la terapia. La terapia ayuda a aliviar los síntomas de enfermedades neurológicas con solo encender el dispositivo, y ofrece a los pacientes la posibilidad de desarrollar su vida con normalidad.
Cuando se lleva a cabo una terapia DBS
La terapia de estimulación cerebral profunda forma parte de una escalera terapéutica y “entra en juego” cuando el tratamiento farmacológico no es suficiente ante el avance de la enfermedad y la calidad de vida de la persona se ve afectada.
Cómo se realiza el implante del sistema DBS
El procedimiento se realiza en un mismo día y se divide en dos tiempos quirúrgicos. En el primer tiempo, bajo anestesia localizada en la cabeza del paciente, se implanta el electrodo y se realizan las pruebas que permiten evaluar cómo responde a la estimulación. Luego, durante el segundo tiempo, con anestesia general, se procede al implante del neuroestimulador en el abdomen o pectoral.